El 20 de junio comienza el verano, una temporada ideal para disfrutar del buen clima, pasar más tiempo al aire libre y reconectar con la naturaleza. Es época de vacaciones, actividades bajo el sol y momentos que invitan a salir de la rutina y aprovechar cada día al máximo. No es casualidad que las playas figuren entre los destinos favoritos: ofrecen descanso, contacto con el mar, la naturaleza y una pausa reparadora para el cuerpo y la mente.
Y precisamente porque el verano nos acerca más al entorno natural, es importante también recordar una responsabilidad silenciosa pero urgente: cuidar donde vivimos. Las playas, los ríos, los bosques y las montañas son paisajes para disfrutar, pero a la vez son ecosistemas que sostienen la vida y que cada año se someten a un impacto ambiental en temporada vacacional.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el turismo costero es responsable de hasta el 80% de la contaminación marina en temporada alta, principalmente por residuos y productos de cuidado personal no biodegradables. Tan solo en México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reporta que durante las vacaciones de verano se pueden generar hasta 10 mil toneladas adicionales de residuos al día en zonas turísticas, gran parte de ellos no se recicla ni se dispone adecuadamente.
Esto afecta directamente a los ecosistemas: cada año, más de 100 mil animales marinos mueren por ingerir o enredarse con productos ajenos a su hábitat, mientras que los arrecifes sufren daños por productos químicos, como los que contienen muchos bloqueadores solares convencionales. A esto se suma el incremento del tránsito turístico en áreas naturales protegidas, lo cual agrava la erosión de suelos, la contaminación del agua y la alteración del hábitat de especies locales.
Por eso, cada acción que hagamos, por pequeña que parezca, cuenta: llevar utensilios reutilizables o biodegradables, recoger y separar residuos, y elegir protectores solares biodegradables son decisiones simples que, sumadas, pueden marcar la diferencia entre un planeta que se agota y uno que respira.
Más allá de hablar de sostenibilidad, hay que integrarla de forma real en cada proceso. Algunas marcas, como Telas Lafayette, han entendido que la sostenibilidad debe estar en el centro de su operación. Su modelo de producción apuesta por el cuidado de las personas y el medioambiente, por lo anterior, ofrece soluciones textiles que buscan proteger el entorno mientras se disfruta del verano.
Entre estas soluciones destaca la colección Texturas, una base textil de alto desempeño, ideal para ropa de baño. Su composición de poliéster (80%) y lycra (20%) ofrece durabilidad, elasticidad y un ajuste perfecto. Además, incorpora tecnologías como secado rápido y protección solar, lo que brinda confort, estilo y funcionalidad para los días al aire libre.
Otra apuesta sustentable es Oasis, un textil que se ajusta como una segunda piel, construido con galga fina (número mayor de hilos por pulgada, lo que resulta en un tejido más fino y ligero), combinando confort, tecnología y responsabilidad ambiental. Su durabilidad y alta resistencia al desgaste reducen la necesidad de reemplazo frecuente, promoviendo un consumo más consciente. Además, su tecnología de secado rápido, le imprime a la tela el atributo de secado acelerado -tan solo en 35 minutos-, lo que disminuye el uso de energía, y su fácil cuidado permite lavar con menos recursos. Con protección solar de hasta +30 UPF en tonos de color y digital, y resistencia al agua de mar y clorada, es ideal para quienes se preocupan por el cuidado del planeta.
Con estas líneas, y otras iniciativas y soluciones en materia de cuidado ambiental, Lafayette demuestra que la sostenibilidad puede ir de la mano con el estilo, la tecnología y el confort.
Así que a ¡disfrutar del verano cuidando el medioambiente!
Fuente:
- Boletín e imagen cortesía de Lafayette