- La autora Rebeca Monroy revisó más de 3,000 fotografías para escribir parte de una historia que reivindicó el quehacer fotográfico en el último tercio del siglo XX
- El libro electrónico, editado por el INAH, se sumerge en una colección inscrita en 2016, en el programa Memoria del Mundo, de la Unesco
2 de junio de 2025.- El movimiento fotográfico en el México del último tercio del siglo XX, momento ineludible para comprender el reconocimiento del que hoy goza esta disciplina, se condensa en el libro digital La fuerza decisiva de la imagen. Una mirada desde suelo mexicano, de la historiadora Rebeca Monroy Nasr, publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En su presentación, realizada en el Museo Archivo de la Fotografía, la autora agradeció a los 41 fotógrafos que proveyeron sus imágenes para este análisis, el cual se centra en los legados del Consejo Mexicano de Fotografía (CMF), entre ellos los Coloquios Latinoamericanos, a través de la revisión de 3,315 fotografías y otra documentación, que cubren una historiografía no escrita.
Alberto del Castillo Troncoso, quien coordina junto con Monroy el seminario La mirada documental, y el especialista en historia visual Ariel Arnal comentaron que, en las páginas de la publicación se describe cómo el CMF marcó el rumbo de una profesión que, desde la década de 1970, no ha dejado de expandirse.
La obra, que será comentada nuevamente en el ciclo “Palabra de nuestras autoras”, el 5 de junio, a las 18:00 horas, por INAH TV, recorre nombres clave, archivos, imágenes y voces que dieron forma a una fotografía militante, estética y profundamente humana. Una mirada crítica que revela cómo la lente se convirtió en una herramienta de lucha, reflexión y arte.
Hace 49 años, convidados por Pedro Meyer, un grupo de amigos se reunía religiosamente los jueves por la tarde, para charlar de su pasión por la imagen. Bajo esa lucidez, empezaron a acariciar un proyecto común: crear una asociación de fotógrafos, que concretarían en el CMF.
En esas reuniones departían, por mencionar algunos, Lázaro Blanco, Raquel Tibol, José Luis Neyra, Julieta Jiménez Cacho, Pablo Ortiz Monasterio, Felipe Ehrenberg, Pedro Span, Jesús Sánchez Uribe, Rodrigo Moya, Nacho López, Lourdes Grobet y Herminia Dosal, autora de la imagen de portada del libro, un retrato de la periodista y bailarina Alma Guillermoprieto pendida de un balcón.
En mayo de 1978, este grupo convocaría a fotógrafos a participar con obra en el Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía, evento que, hasta 1996, se propuso situar a la región en el contexto de la fotografía internacional, y propiciar una reflexión crítica sobre la identidad visual de las prácticas fotográficas en esta parte del mundo.
Como señaló Rebeca Monroy, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, “los Coloquios Latinoamericanos generaron un vínculo y encuentros ideológicos, formales, estilísticos, “pero lo más importante fue que coincidíamos en ver la posibilidad de cambio en el país. Además del apoyo que dieron con exposiciones, libros, bibliotecas especializadas y, por supuesto, las Bienales de Fotografía.
“Todo esto configuró una época de oro de la fotografía. Puso en otro nivel a los profesionistas de la imagen, los situó en otra dimensión, ya no en papel del ‘segundón’ del reportero, y emergió una cantidad importante de fotoperiodistas y fotodocumentalistas, pero también de hacedores de fotografía experimental”.
Los frutos de esa “época de oro” fueron donados en 1995, al Centro de la Imagen: una colección con alrededor de 8,000 piezas, de 892 autores, que cubre el periodo 1976-2005, y que, en 2016, fue inscrita en el programa Memoria del Mundo, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Aquella entrega oficial fue presidida por tres de los presidentes del CMF: Pedro Meyer, Enrique Villaseñor y Armando Cristeto, además de Gustavo Prado, Vicente Guijosa, Marianna DelleKamp, Federico Gama, Julieta Giménez-Cacho, Saúl Serrano, Gilberto Chen, Raquel Tibol, Alejandro Castellanos y Néstor Necoechea.
En 278 páginas, La fuerza decisiva de la imagen, aborda la lente como herramienta para narrar las injusticias sociales de finales de siglo XX, y espacio de experimentación que generó nuevas narrativas visuales con una esencia de identidad latinoamericana, poniendo en diálogo la visión documental y la mirada estética de la fotografía.
Fuente:
- Boletín e imagen cortesía de INAH